Lugares a los que iría para hacer algo distinto

El martes tuve una videollamada de 3 horas con mi prima. No somos muy buenas manteniendo la conversación escrita por Whatsapp así que, con una frecuencia que suele variar dependiendo del conflicto que cada una presente, la dinámica es siempre la misma: ella pone la pava, yo pongo la pava. Y así sucede una magia que, creo, todavía nos cuesta un poco explicar. 

“Gracias por esta sesión intensiva. Mañana tengo psicóloga y la verdad que ya ahora no sé de qué voy a hablar”, dije graciosamente con la cabeza un poco abombada de toda la información disponible en ese mano a mano. Al otro día, 7:37 am, mi psicóloga: “Disculpame la hora pero tengo que suspender los turnos hoy, me levanté muy resfriada y con un estado gripal”. En serio, excelente servicio el tuyo, prima.

Paseamos por temas varios, todos la verdad. Pero siempre nos quedamos nadando en uno: la identificación. Porque nos gusta creo o en realidad porque lo necesitamos, aunque ya no sé muy bien qué o quién opera cuando estamos cerca. 

En realidad somos hijas de una generación de primos que se trataban mucho en un pueblo del interior bonaerense. Primos que se enseñaron unos a otros a manejar cuando coincidían un 31 de diciembre juntos, primos que guardaron anécdotas de haber colaborado cuando alguno estaba “haciendo el novio”, primos confidentes. También primos que hicieron su vida lejos de la familia de origen y fueron desarmando, con el paso de los años y el armado de nuevas familias, algunas tradiciones. 

Hasta ser primos que llegaron a desconocerse, volviéndose unos contra otros. Faltaría a la verdad si dijera que no es por plata… Pasa en las mejores familias, ¿no?. Perdón mamá, algunos asuntos familiares no deberían salir de las cuatro paredes de una casa, pero mucho de esas tres horas de videollamada también se resumen en que nosotros no somos ustedes. Principalmente porque estamos eligiendo hacerlo distinto. Por suerte. Y al menos por hoy, por lo menos ahora. 

Está bastante de moda la idea esta de ‘romper el patrón’ y generalmente eso pide mirar para atrás en el árbol genealógico o revisarse en el propio -y generalmente constante- accionar. Yo pienso que exige bastante vulnerabilidad y coraje hacer las cosas de un modo diferente, pero que por pensarlo se empieza. ¿A dónde ir para hacer algo distinto? ¿Cuál es la calle que hay que tomar? ¿O es una diagonal?

En un giro épico de la trama, la historia familiar hace un salto en el tiempo -aunque la línea cronológica sí registra algunos eventos de ese mientras tanto- y los hijos de esos primos se encuentran. En La Plata. Por estudio. Y el “las vueltas de la vida” los ubica cerca: por geografía o por gustos. Mientras los adultos que nos preceden se comunican principalmente para hablar de cuestiones patrimoniales, algunos de nosotros -curiosamente de edades muy parecidas- hacemos causa común de un deseo, cuya ausencia quizás un poco padecimos: ser parte de una mesa grande

Primos segundos que buscaban primos. Primos segundos que, aunque con algunas variantes, vivimos escenas de una vida cotidiana bastante similares y cuyo suceder desconocimos hasta que nos lo contamos. Y entonces, nuestro mayor acto de rebeldía: elegirnos como familia, pero ya no condicionados por lo que querrían o no nuestros padres. 

Lugares a los que iría para hacer algo distinto 

Conté esta historia de forma más resumida y superficial en Instagram y, ante un pedido de inspiración con planes en pos de hacer algo distinto en La Plata sea con familiares, con un chongo o con quien sea, hubo un abanico de comentarios en los que no faltaron los chistes obvios sobre primos y romance. Ni tampoco los defensores de terapias alternativas como biodescodificación y constelaciones familiares. 

Suena Una prima lejana de Los Auténticos Decadentes mientras, pero, sin caer en un reduccionismo sexual y el lugar común de la calentura, puede que haya algo en común entre profundizar el vínculo con un primo o con un chongo (bah, como todo vínculo en general, menos para los de índole laboral): uno puede tener una gran identificación o buen feeling -sea por empatía, diversión, atracción-, pero no termina siendo uno mismo en copia fiel y auténtica. Sea primo o sea chongo, no deja de ser un otro, aún teniendo la misma abuela o teniendo muy buena cama. Y, entonces, descubrir qué le gusta, qué lo conmueve o a dónde le aprieta el zapato no deja de ser toda una sorpresa.

Parada en esa vereda, acá va una variedad de planes que tendría en cuenta para hacer algo distinto y/o compartir algo distinto: sea con primos, con un chongo o con quien cada uno prefiera. 

Ir al río 

Fue una de las sugerencias más repetidas: a los platenses se nos reinicia el Windows cuando vemos un poco de naturaleza y es impresionante cómo nos cambia el algoritmo mental salir del casco urbano. 

Si es por hacer algo distinto, mis amigas están incorporando la experiencia de primera o segunda cita en Punta Lara: un rato de paseo en auto como quien le da la vuelta al perro, un mate listo para ser armado y una onda más chill out para salirse de las cervecerías, bar de vinos y todo lo que se le parezca. 

Para todos los demás, creo que la oferta del río está más linda que nunca. Por ejemplo, en mi lista de pendientes está Astra 2: una experiencia gastronómica a bordo de un “barco restaurante” amarrado en San Martín & Francisco Cestino (Ensenada), en funcionamiento desde octubre de 2024. El lugar abre de jueves a domingos, con opciones para almuerzo, merienda y/o cena: la parrilla es el fuerte aunque también hay variedad de sandwiches. Se recomienda hacer reserva previa por mensaje privado de Instagram o vía Whatsapp al 2216807770.

Ir al río en luna llena

“Me tomo el atrevimiento de recomendar el encuentro de luna llena en el río que organizo. Es que cuando dijiste “hacer algo distinto” me resonó totalmente”, me escribió así tal cual @bitacoradeabordo sobre este proyecto que empezó hace un año con 10 personas y ahora pareciera que agota capacidad con un montón de gente motivada por un rato de encuentro y diversión sin pantallas mediante. 

Una experiencia embarcada en Berisso y Ensenada, de noche y a la luz de la luna llena. Este es un gran plan para hacer algo distinto y también sumarle amigos a la ecuación, aunque Aye, quien lo organiza, dice que también se puede participar solo, en pareja o en familia. 

La próxima edición es el sábado 12 de abril (con salida a las 18:30 desde Berisso y regreso a las 22:30 horas), coincidiendo con el primer aniversario de esta propuesta, y será un plan al que parece no le faltará nada: navegación de casi 30 minutos para desembarcar en Isla Santiago, fogón, guitarreada, un ritual y hasta batucada. 

El valor de todo el paseo es de $20.000 por persona (no incluye cena) y se reserva lugar abonando por transferencia. *La actividad es para mayores de 15 años; en caso de lluvia o sudestada, será reprogramada. 

Después de surfear la ola, escalar una montaña 

Este me parece un gran plan para hacer con primos: escalada. Al menos sé que lo sería con los míos porque estaría difícil armar un ranking de quién es más inquieto y/o curioso. 

En La Plata encontré dos gimnasios para la práctica de escalada que me parecen bastante atractivos para conocer y tienen Pase Libre, es decir, se pueden visitar por un día en plan ir y probar qué onda:

  • Rocódromo: un muro de escalada indoor con más de 400 m2 ubicado en calle 6 entre 509 y 510. El Pase Libre tiene un valor de $8.000 ($7.000 en efectivo), y los días y horarios para ir en este plan son: lunes, miércoles y viernes a las 16, 18 o 20 horas; martes y jueves a las 10, 16 y 20 horas; o sábados a las 14, 16 o 18 horas. Los turnos tienen una duración de 2 horas (siempre hay un profe en la sala para guiar) y requieren de reserva previa. Al parecer, según compartieron en Instagram, está vigente una promo de 2×1 para los viernes y sábados.  
  • Proyect ESCALADA: un muro de escalada con ubicación en calle 24 entre 46 y 47. Hay propuesta de muro libre de lunes a viernes de 16 a 22 horas, y sábados, domingos y feriados de 15 a 21 horas. El valor por persona para el pase diario en escalada libre es de $6.400 ($5.800 en efectivo). Acá no es necesario reservar turno y el pase es sin límite de horario.   

Versos en copa

Así fue bautizada una experiencia de encuentro de escritura creativa, organizada por Somos Refugio, en donde la escritura se convierte en “un puente para conocernos, escucharnos y mirarnos desde otro lugar, con la ternura de compartir el acto creativo”, y por supuesto al que no le falta comida rica y copa de vino en mano (con vino libre, de hecho, y picada + 2 empanadas por persona).   

Es un espacio en donde, dicen, la creatividad se siente como en casa porque la locación donde tiene lugar es una gran casa cerca de la Plaza 19 de Noviembre que se pone al servicio de la comunidad. Su próxima edición es el domingo 23 de marzo a las 19:30 horas, con una duración de entre 3 horas y 3:30 horas (previa al lunes feriado). El valor de la experiencia es de $30.000 por persona, e incluye también todos los materiales necesarios para el taller + algunas sorpresas que los participantes se pueden llevar a casa. 

Importante: aseguran que no es necesario tener experiencia previa escribiendo, solo el deseo de vivir el instante, “disfrutando del ahora como lo único real que tenemos”. 

Búnker Platense: una prueba de compromiso para poner en Google Calendar

Medio que el plan anterior y la idea de un refugio dando vuelta me da pie a este. 

En mis primeros años de facultad usábamos el monoambiente de una amiga -ubicado sobre calle 9 y 55- como epicentro de vida social: le llamábamos el Búnker porque era como nuestro refugio de ese entonces. El lugar en donde preparábamos trabajos prácticos tomando mates a las 3 de la mañana y el lugar al que volvíamos con el estómago revuelto después de haber salido a alguna fiesta. Los que se hospedaban ahí dormían con un tacho al lado. Era “por las dudas”, pero un tacho había.

Uno crece y, si bien eso a considerar como ‘refugio’ va modificándose, resulta imperante continuar con la tradición de tener un búnker al que recurrir. Por eso me gusta mucho este lugar. Con ese grupo favorito de mi Whatsapp del que ya he hablado en otra oportunidad, bautizado como “Viajes y Tragos” causalmente, un poco hicimos el hábito de ir a los ‘Miércoles de Copas’ en plan after office. Salimos puestísimas en plena semana, creo que no hace falta aclarar, pero el servicio es más que excelente cuando, además de ser económica, después de la catarsis y poner en común un montón de aconteceres viene el sueño más profundo y reparador que estabas necesitando. 

¿Por qué ir? Porque siempre están ofreciendo alguna propuesta novedosa como para cambiar la rutina del lugar y hacer distinta la experiencia. Por ejemplo, durante el mes de marzo y abril, cada jueves llevarán a cabo una exclusiva degustación de 5 etiquetas seleccionadas de diferentes bodegas por $5.000. 

O sea, esto es directamente para agendar y repetir en el Google Calendar: la promesa a futuro nos está dando fobia todos así que, sea con primos o con un chongo, lo primordial será identificar con cuál podrías sostener mejor semejante compromiso.

  • 27 de marzo: Bodega Horizonte Andino
  • 10 de abril: Bodega Dos Puentes
  • 17 de abril: Bodega Andillian
  • 24 de abril: Bodega Altos Las Hormigas

Wow Experience

Para la gente que necesita romper el patrón de pareja está terapia, pero planes como el de Wow Experience podrían ser una buena entrada en calor porque la curaduría no la hacés vos: ni en Tinder, ni en Facebook Pareja, ni rogándole a tus amigos que te presenten a alguien. Esta es una nueva forma de encontrarse sin app de citas ni chat. O sea, posiblemente como se conocieron tus papás. Perdón, a lo mejor ese no sea el ejemplo más asertivo para motivarse.

Acá la curaduría la hace alguien que no te conoce y eso es lo que más nos gusta a las girls de las historias de amor: lógicamente es la razón por la que hay más mujeres anotadas en este ciclo que varones en la ciudad de La Plata. Aunque bueno, quizás lo de hacer algo distinto vaya por ese lado. 

Todo lo que sé es que son eventos exclusivos para personas con ganas de encontrarse: el plan es ir a comer un menú ya preestablecido en una ubicación fijada y ver qué pasa. Para participar hay que postularse en un Google Form. 

Pd: hace poco hicieron una primera edición combinando variedad de perfiles y una amiga de una amiga salió de tal experimento vociferando que “aprendió un montón” después de haber estado curioseando sobre los quehaceres de los demás participantes. No era para ese fin pero bueno, “la flecha pegó cerca, ya dará en el centro” diría una ex terapeuta. 

Pasar el día en un pueblito

Alguien sugirió como plan para hacer con primos o con un chongo “Pasar el día en un pueblito, salir del quilombo de la ciudad”, o también traducido como salir un poco del quilombo de la vida. “Recorrer calle y plaza principal, alguna cafetería” completó. Y me sobran opciones: Campana, Chascomús, Cañuelas, San Miguel del Monte, Uribelarrea, Lobos, Bragado… Así que creo que profundizaremos en esta categoría en un futuro envío: uno que hable sobre cómo pasar de chongo a vínculo.

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