¡Hola Tripa! Bienvenido a #LobOff. Soy Gonzalo, @Vom_Wolf, y una vez por semana te voy a mandar un mail con novedades sobre la vida del Club de Gimnasia y Esgrima La Plata. No esperes primicias, rumores del mercado de pases, ni análisis de la última fecha. Aunque inevitablemente algo de eso se cuele, será tangencial.

Te propongo en cambio darte información más profunda y masticada sobre lo que pasa en el club: ¿Qué pasa con el concurso de proyectos para El Bosque? ¿Hay posibilidades de que Gimnasia se convierta en SAD? ¿Quiénes estarían detrás del desembarco de capitales privados? Son algunos temas de los que quiero contarte.

Esta semana fue un particular hervidero. La derrota 1-4 en el clásico fue un cimbronazo que puso a la Comisión Directiva nuevamente bajo la lupa por el mal armado del plantel en un mercado de pases particular que se abrió con el torneo ya comenzado. Las desprolijidades, a las que Tapia nos tiene acostumbrados, perjudicaron a Gimnasia que estaba menos armado que otros clubes. Pero es difícil achacarle a eso las magras incorporaciones.

Ni siquiera lo hace la CD. La versión que llega desde Calle 4 es un poco más cruda: “el club no tiene recursos para traer jugadores de jerarquía”, y las ventas que se realizaron hasta el momento sólo permitieron que el club levante las inhibiciones y funcione al día. La explicación oficial también señala que el concurso de acreedores dificulta el acceso al crédito bancario, por lo que, para financiarse a partir de créditos -deuda- como hacen varios clubes, la única opción es el camino de los mutuos por el cual no quieren ir.

Una auditoría más profunda y honesta revelaría también un problema estructural. El club no tiene una secretaría técnica profesional, y el fútbol -entre ellos los refuerzos- los decide y gestiona una mesa chica integrada por el propio presidente, Mariano Cowen, el vicepresidente Juan Pablo ArriénOscar González Arzac y Marcelo Gauna, cuya función no le queda del todo clara al socio. ¿Es un manager? ¿Es un representante que acerca jugadores? “Es un gerente fútbol”, dijo a #Loboff un dirigente del club quien destacó parte de su tarea y lo señaló como el responsable directo en las incorporaciones de los uruguayos Pintado y Abaldo.

El modelo “mesa chica” parece agotado. El clamor de los hinchas y la movida de un grupo de socios que se generó tras la derrota del domingo tuvieron tres objetivos puntuales: mientras el grueso de insultos y críticas ascendió directamente a Mariano Cowen y Juan Pablo Arrien, una nota presentada en la sede y firmada por ex dirigentes, socios variopintos e hinchas pedía directamente la renuncia de Gauna y sus colaboradores. Pese a su afición por la gestión deportiva, y su formación como director técnico, que el presidente del club se encargue en persona de planificar los refuerzos parece un sinsentido que, además, deja expuesto a quien debería ser el conductor del club. Un tripero amigo diría «que mejor se instale el Football Manager». Además, y con buen tino, un ex dirigente apuntó que Héctor Delmar, acaso el mejor presidente del club en la era moderna, sabía poco de fútbol.

No obstante, los pedidos de renuncias difícilmente encuentren eco en la dirigencia. La primera reacción ante el enojo generalizado del domingo fue abroquelarse. En común acuerdo, a través del grupo de Whatsapp que comparten los principales dirigentes del club, decidieron “no fogonear” ni responder a los mensajes. Una tarea que Cowen realiza con frecuencia, y cuyo contenido suelen publicar indignados sus interlocutores.

Ya con la situación un poco más calma hay consenso en que a la mesa chica le falta una pata futbolística, y brotó la idea de sumar allí a un ex jugador. Sin confirmaciones oficiales, el nombre que trascendió es el de Lucas Licht. Más allá del quién, no termina de quedar claro cuál sería su rol; si el de director deportivo, el de secretario técnico, o el de mánager.  

La magra campaña deportiva no detona en la comisión principalmente porque a favor de la dirigencia juega una de las grandes crisis que afecta al club desde hace ya algunos años, que es la crisis de liderazgos. Las últimas convocatorias a manifestarse, ya sea en la sede del club o en cualquier otro ámbito, encontraron escasa adhesión. El lunes, en un pico agudo de furia, no fue la excepción. La junta de firmas para convocar una asamblea extraordinaria que impulsó Sebastián Gubia careció de un apoyo masivo en la sede.

Nota al margen: ¿Quién es Gubia, alias “el runner”? Se trata de un pequeño empresario local del rubro gráfico que hace unos meses comenzó a alzar su perfil y mostrarse como una cara crítica y opositora a Cowen. Cuenta con el apoyo político del ex dirigente Mariano Beron. Y protagonizó una polémica por una bandera de Bangladesh que apareció en el campo de juego -según aseguran en el club sin autorización- antes de un partido, por la cual Gimnasia debió abonar una multa en AFA.

Volviendo a la cuestión de liderazgos, en grupos opositores reconocen que faltan personalidades con poder de convocatoria más allá de “los de siempre”, que aportan con sus agrupaciones los cien o doscientos votos necesarios para torcer una elección. En la semana se alzaron nuevamente algunas voces. Diego Patiño ChaumeilMauro Coronato y Julio Chaparro fueron algunos de los que hablaron o firmaron la solicitud de asamblea extraordinaria. No escapa a la observación que, ellos al igual que la mayoría de agrupaciones, hoy se encuentran atomizados.  

No son los únicos: gran parte de las dificultades que atraviesa la gestión de Cowen responden a que no pudo o no supo construir liderazgo. Una rápida recapitulación de su carrera política dentro del club da cuenta que llegó a la presidencia por descarte, luego de dos postulaciones fallidas. Y lo hizo a partir de un acuerdo político con Modo Gimnasia, que encabeza Arrien, quien aporta junto a sus colaboradores la mayor estructura de gestión interna. En más de una oportunidad le han torcido la voluntad al presidente. Tampoco faltaron internas, pese a que hoy la relación es un poco más fluida. Visto de esa forma, que Cowen se desprenda de su Vice parece una utopía.

La segunda crisis que vale la pena analizar es la de identidad. La conducción del club ha sido en los últimos veinte años pendular. Sin políticas de estado sólidas, desde el inicio del nuevo siglo se puso en cuestión incluso la localía en El Bosque. Hace poco en una conversación el ex presidente de Lanús, Nicolás Russo, contó que la clave del rescate del club a fines de los ’70 además de los socios fueron cuatro o cinco consensos que se mantienen hasta hoy. Gimnasia tiene una construcción identitaria poco definida: la idea de pueblo, de bosque, de inferiores, de griguolismo flota en el aire, es cierto, pero la mayoría de los eslogans no llega a condensarse. Así pasa de “club con fútbol” a la frustración por resultados futbolísticos en poco tiempo. O de la fábrica de jugadores a la incorporación de diez futbolistas en un año. 

Un armador político gimnasista, que participó en el tejido de más de una alianza electoral, marcó ese problema a #Loboff. “Todos siempre hablan de quién va a ser el uno y quién el dos”, lamentó de su experiencia como mecenas de los debates. Discusiones más profundas sobre el largo plazo del club tampoco tienen mucho lugar en asambleas, supeditadas a lo urgente y a lo deportivo. Esta doble crisis deja a Gimnasia con una brújula rota y rogando un mesías que acierte el camino una vez. Lo dejo como reflexión.

Hay dos temas que quedarán para una próxima entrega. El primero, más inmediato, es la reunión que mantendrán este sábado en el Hotel Grand Brizzo un grupo de dirigentes entre los que se encuentran Carlos AnacletoSimón Salomé y Enrique Navas. La excusa es presentar un plan para generar un fideicomiso que permita el aporte de capitales externos al club y así, entre otras cosas, reforzar el plantel. Sin embargo, en off, se habla de que presentarían un modelo de Sociedad Anónima Deportiva con inversión catarí que impulsa Federico Sturzenegger. Prometo profundizar.

El segundo tema es el concurso de proyectos para la remodelación de El Bosque. Los tres ganadores ya fueron definidos, pero sus trabajos están vedados y bajo llave. El Colegio de Arquitectos manifestó su frustración por la dilatación de los tiempos, pero por ahora respeta el secreto de sumario. El freno está puesto por el club, y el principal obstáculo es que el proyecto definitivo debe ser elegido por asamblea. “Es una locura convocar ahora a una asamblea por ese tema”, reconoció a #Loboff un dirigente que trabaja en los preparativos de la exposición que se hará en el hall de la sede. Razón no le falta.

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